Muchos dicen vivir en la presencia de Dios pero no lo reflejan, hay quienes no dan buen testimonio de lo que es un fiel seguidor de Cristo.

Todos los días nos enfrentamos a luchas y tentaciones que nos hacen vulnerables, debilitando nuestra relación con Dios y alejándonos de su presencia. Un verdadero seguidor sabe cómo habitar en Dios a pesar de lo que suceda a su alrededor, así como Moisés que pidió estar siempre habitando en su presencia.

Entonces Moisés dijo:

—Si tú mismo no vienes con nosotros, no nos hagas salir de este lugar”

Éxodo 33:15

Estas son algunas de las características que tiene una persona que habita en la presencia de Dios:

  • UN CORAZÓN APASIONADO

El apasionado siempre quiere estar cerca de su pasión, tiene preferencia en hacer el bien y agradar a Dios, se delita, disfruta de una oración, una alabanza, leer la palabra y buscar a Dios; no se conforma y siempre busca más, como lo expresa el salmista en este claro ejemplo:

“Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios”

Salmo 42:1

  • HAY SANTIDAD EN CASA

Cuando Dios habita en nosotros, nuestra casa está en armonía, no hay espacio para el orgullo, los rencores, los problemas y mucho menos para el pecado, hay santidad y no se permite la entrada de cosas que perjudiquen el hogar, al contrario, hay tiempos de reunión familiar buscando la presencia de Dios.

«Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican»

Salmos 127:1

  • HAY ALEGRÍA

Dios es el centro de nuestra vida y cuando eso pasa no hay motivos para estar sumergidos en la tristeza; a pesar de las circunstancias hay completa felicidad y esperanza porque confiamos en un Dios verdadero, capaz de hacer posible lo imposible.

Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡Aun así me alegraré en el Señor!

¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!

Habacuc 3:17-18

  • HAY FIRMEZA

Si habitas es la presencia de Dios nada te puede mover de tus convicciones, nada te puede amedrentar, eres constante, disciplinado y fiel, tienes un compromiso verdadero y no te cuesta trabajar en la obra de Dios. Además ayudas, intercedes, eres obediente y sujeto a tu congregación.

Quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.

Hebreos 12: 1

  • UN CORAZÓN SENSIBLE

Siempre hay un corazón atento cuando Dios habita, un corazón que sabe aplicar la palabra a su vida, un corazón de adoración continua, un corazón que se conmueve y se quebranta, que tiene experiencias y puede sentir al Dios vivo.

Una vida viva en Cristo, olor fragante delante de su presencia.

“Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.”

Jeremías 29:13

Quizá no seguimos todos los pasos al pie de la letra, pero Dios nos está llamando, Él desea que habitemos en su Gloria, porque anhela tener una gran amistad con nosotros. Es hora de cambiar, de salir adelante y de vivir sumergidos en su presencia.

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