Cuando conocemos a Dios, nuestra perspectiva debe cambiar, pues si lo tenemos a Él, existe la esperanza sin importar el tamaño de tu prueba o dificultad.
Quisiéramos que de un día a otro todo se solucionara, pero la palabra de Dios nos enseña que debemos esperar en Él y ser pacientes, pero aún más importante perseverar en la oración, tener esa comunicación directa que te fortalece, que te guía, que te lleva a tomar mejores decisiones y que te llena de esperanza.
Demos gracias a Dios por los procesos, porque ellos nos ayudan a acercarnos más a nuestro padre celestial, activan nuestra vida de oración y ponen a prueba nuestra fe. 
Alegrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.
Romanos 12:12
